Yo Tomo la Palabra

"He aquí que el silencio fue integrado
por el total de la palabra humana,
y no hablar es morir entre los seres:
se hace lenguaje hasta la cabellera,
habla la boca sin mover los labios,
los ojos de repente son palabras...

...Yo tomo la palabra y la recorro
como si fuera sólo forma humana,
me embelesan sus líneas
y navego en cada resonancia del idioma..."

Pablo Neruda (Chile, 1904-1973)


domingo, 28 de abril de 2013

"Erik Satie, el músico que decía que no lo era"




Autorretrato:  "He venido al mundo muy joven
en una época muy antigua."


"Antes de componer una pieza, camino multitud de veces a su alrededor acompañado de mí mismo"
Erik Satie (1866-1925)

Insólito Satie


A Satie se le conoce como el músico excéntrico que daba a sus obras títulos extraños, burlones y casi ridículos: Piezas refrigeradas, Tres aires para huir, Dos preludios para un perro, Embriones disecados, Tres fragmentos en forma de peras, Españaña... Añadiendo acotaciones para su interpretación igualmente desternillantes.

Posiblemente, ésto no era más que el resultado de su ingenio para ofender a los críticos musicales de la época. Era bien sabido que al autodidacta Satie no le gustaba la critica musical y a los críticos no les gustaba Satie.


Siempre a la vanguardia, inventó algunos términos como musique d'ameublement, música de mobiliario, que hoy podríamos traducir como música de ascensor. Composiciones planas, neutras, rellenadoras de silencios. Pero si escuchamos sus Gymnopedias no tenemos más remedio que estar en completo desacuerdo con el autor.








Más de un Satie


Los musicólogos no hablan de un Satie, sino de tres Saties: 

  • El Satie medieval y místico, de estilo armónico e impresionista.
  • El Satie del humor, de estilo eficaz y convincente.
  • El Satie académico de estilo simple y clasicista y levemente contrapuntístico.

El se presentaba diciendo: "Yo me llamo Erik Satie, como todo el mundo".

Precursor minimalista, serialista y de la música repetitiva, su música se adelantó a su tiempo, teniendo gran influencia en numerosos compositores modernos. Con una personalidad fascinante y gran creatividad, su obra resulta aún hoy tan extravagante como su vida. De conductas transgresoras, de carácter insoportable e intransigente, con ideas disparatadas y ocurrencias en ocasiones irritantes e incluso paranoicas, se presentaba a sí mismo como gimnopedista y como fonometrógrafo, antes que como músico. Llegó a aparecer en la película de René Clair, Entreacto (1924).

           "Todo el mundo os dirá que no soy músico. Es verdad, desde el principio de mi carrera me clasifiqué enseguida entre los fonometrógrafos.  Mis trabajos son pura fonométrica.  Se verá que ninguna idea musical ha guiado la creación de mis obras.     La reflexión científica es lo que domina. Por lo demás, me lo paso mejor midiendo un sonido que escuchándolo"


Se estableció en Arcueil, en las afueras de Paris, al agotar sus recursos económicos, ganándose la vida como pianista de cabaret adaptando piezas y componiendo otras como Je te veux, Poudre d'or, Le Picadilly, entre otras. La final de su vida repudió estas composiciones.




A lo largo de su vida, Satie llevó en los bolsillos unos cuadernitos de música en los que iba anotando, sin orden ni concierto, sus ideas musicales y las reflexiones sobre el mundo que le rodea. Llegó a publicar algunas en la Revue musicale y otras revistas literarias de vanguardia, en los años veinte, presentadas como fragmentos para sus "Memorias de un amnésico (extractos)", obra que nunca llegó a preparar.

Como en su vida, sus breves escritos están cargados de lo lúdico y extravagante de su personalidad, pero siempre con juicios agudos respecto a sí mismo y a su época. Lo genial de estos escritos de Satie consiste en la indeterminación de sus juicios, algo muy propio del escepticismo moderno.


De Tres poemas de amor:

Poema de amor nº 2


Soy calvo de nacimiento
por puro convencimiento
Ya no tengo confianza
en mi joven prestancia.

¿Por qué esta arrogancia
de la tan bella Hortensia?
Muy calvo de nacimiento
lo soy por convencimiento.


Hacia 1912 empezó a ver el éxito. Establece la costumbre de acompañar sus partituras con todas tipo de comentarios, años más tarde insistiría en que esos comentarios no hay que leerlos durante la interpretación. Por esta época deja de usar líneas divisorias para separar los compases. Creó un lenguaje musical propio.



Partitura con las anotaciones de Satie


Fue un lobo solitario  valoraba muy alto su privacidad y nunca dejó que nadie viera su apartamento donde vivió los últimos 27 años de su vida. Sólo se le conoce una relación, una historia de amor intensa en 1893 con la modelo y pintora Suzanne Valadon. Satie se obsesionó con ella llamándola "mi Biquí".  Le escribía apasionadas notas acerca de "su ser entero, sus ojos encantadores, gentiles manos y pequeños pies". Compuso sus "Danses Gothiques" para hacer volver la paz a su mente.



Suzanne Valadon

Valadon hizo el retrato de Satie, que se encontró a su muerte en su habitación de Arcueil. Ésta terminó el romance dejándolo con "nada más que una soledad helada que llena la cabeza con el vacío y el corazón de tristeza.


Retrato de Erik Satie por Suzanne Valadon 1983
Vivió como un consecuente artista, por su música y sus ideales. Siempre reivindicó la independencia de su estética. No tenía ningún respeto por el dinero y vivió una vida pobre en una habitación que tenía el tamaño de un armario. Nunca tuvo miedo de expresar su opinión, si encontraba a alguien que era un idiota se lo dejaba perfectamente claro. Y tuvo sus consecuencias.


"El piano es como el dinero: es agradable sólo para aquellos que saben cómo usarlo."
(De Reflexiones de una mula)


El bohemio Erik Satie en su estudio de Montmartre, 1891- Santiago Rusiñol

Personalidad excéntrica que le llevó a coleccionar toda clase de objetos, a su muerte se encontraron más de 100 paraguas, algunos sin usar,  más de 7 trajes de terciopelo idénticos, 84 pañuelos, dibujos y textos de valor autobiográfico. Se constató que nunca usó su piano para componer dado de polvo y telarañas que lo cubrían. Se encontraron composiciones, algunas inéditas, por todos lados, detrás del piano, en las bolsas de los trajes, etc., así como, infinidad de dibujos e inscripciones extrañas, caligrafiadas sobre minúsculas cartulinas. Jamás los había mostrado a nadie. Descripciones de paisajes imaginarios, de personajes ridículos y de instrumentos musicales intocables. Sin duda son el reflejo más fiel del universo mental del compositor. Un universo al otro lado del espejo, donde, al igual que su habitación de Arcueil, no había permitido acceder a nadie. 





"El arte, la música, es una catástrofe, escribió. Cuánto más músico se es, más loco se está"







3 comentarios:

  1. gracias por el artículo, Satie un Genio¡¡¡

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  2. Me parece magnífico el acercarnos el alma y la personalidad de un compositor que nos ha hecho disfrutar de su música tantísimas veces... Gracias

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  3. De lo mejor cercano y cercano al personaje que he leido sobre Satie. Mil gracias, Un blog esplendido que acabo de conocer.

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